Una denuncia anónima alertó al ministro de Seguridad, Eugenio Agüero Gamboa. Cuando la Fiscalía de Estado fue al lugar, encontró a un policía y dos reclusos —detenidos en la comisaría de Chuscha— trabajando en la obra.
Desde el Ministerio Público Fiscal calificaron el hecho como “inadmisible” y advirtieron que podría tener consecuencias penales.
El caso vuelve a poner en evidencia una práctica vieja y oscura: el uso de presos para beneficio de funcionarios.