Sobre el acuerdo que selló la fórmula de 2019, el ex mandatario evitó dar detalles en ese momento pero prometió contarlo en otro momento: “Algún día, más pronto que tarde, voy a contar cómo fueron las cosas exactamente. Lo que creo es que no es este momento”. Fernández explicó por qué no quiso recrear el episodio en el vivo: “No tengo ganas de aventar el pasado, porque una de las cosas que quiero que entendamos es que hay un pasado y que a nadie, a nadie, a nadie se convoca diciendo: ‘Devolvé el pasado’”.
En defensa de su accionar institucional durante su gestión, Fernández dijo: “Yo me voy a dormir con la tranquilidad de que mantuve la institucionalidad argentina hasta el último día de mi mandato”. En la misma línea rechazó la idea de que su vínculo con Cristina Fernández de Kirchner respondiera a un esquema de “padrinazgo”: “Cristina nunca fue ni nunca la reconocí como padrina política ni jefa política. Era una dirigente política y es una dirigente política que yo respeto”.
El ex presidente reconoció errores de gestión y problemas de comunicación: “Lamento mucho no haber podido contener la inflación”, admitió, y detalló que la falta de dólares complicó medidas económicas. Sobre la campaña y las decisiones de comunicación, comentó: “Nosotros hicimos una campaña sin preguntarle a la gente qué le va, qué le vamos a dar, qué le proponemos dar. Y le propusimos como mejor opción decirle que no al gobierno de Milei”.
Al ser consultado por la necesidad de renovación del peronismo, defendió la apertura de espacios: “Hay que abrir las puertas del peronismo nuevamente, dejar los sillones para que lo ocupen otros. Hay que darle vida al peronismo”. Añadió que la unidad sigue siendo imprescindible y al mismo tiempo insuficiente: “La unidad es una condición necesaria, no es una condición suficiente”.
Fernández puso foco en la institucionalidad y en la conducción colectiva: “La organización vence el tiempo cuando vio que su muerte se aproximaba. ¿Y qué nos dijo con eso? Organícense”. Y llamó a superar el verticalismo: “El verticalismo era posible cuando existía un personaje único y irrepetible como Juan Perón. Pero sin Juan Perón no existe el verticalismo”.
Al describir la relación de fuerzas dentro del espacio, sostuvo que la convivencia entre distintas tendencias exige diálogo y autocrítica: “Tenemos que darnos un profundo debate, que elijamos quién queremos que nos conduzca en el futuro”. Sobre la posibilidad de acuerdos legislativos, reclamó mayor coordinación: “Los diputados tienen que actuar con una sola línea estratégica… No podemos trabar todo por egoísmos personales“.
Fernández también cuestionó el rol de algunos medios y actores en procesos judiciales y políticos: dijo que sufrió “un proceso de cancelación social donde los medios de comunicación fueron grandes artífices” y celebró que la Cámara de Casación haya reconocido la recusación contra el juez Ercolini: “Esa recusación… me habilita a mí a pedir la nulidad de todos los actuales, y esa nulidad ya está planteada”.
En el tramo final de la entrevista, reiteró que no busca protagonismos personales y describió su lugar en la discusión interna: “No estoy pensando en candidaturas. Voy a estar donde pueda aportar”. También subrayó la importancia de la militancia y los nuevos cuadros: “Hay militancia dispuesta a trabajar por el bien común” y “la dirigencia joven ocupa espacios antes inaccesibles. Eso siempre es saludable”.