En esos días, la Fiscalía también logró recuperar el arma homicida. El cuchillo fue entregado por una vecina de la parroquia, que declaró habérselo comprado poco después del crimen a un hombre que se dedicaba a la venta de chatarra.
El proceso judicial estuvo a cargo de un tribunal conformado por los jueces Gustavo Aldo Romagnoli, Fabián Fradejas y Luis Morales Lezica, quienes dictaron la condena a prisión perpetua. Tras la sentencia, la defensa de Herrera presentó un recurso de casación ante la Corte Suprema de Tucumán, que fue rechazado en septiembre de 2023.
En su intento de revertir la condena, la defensa acudió al máximo tribunal nacional, pero los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti consideraron inadmisible el recurso de queja, dejando así firme la condena.