Ángel “El Mono” Ale gritó a los cuatro vientos que es un agricultor y mostró aires de justiciero. Los tucumanos escucharon de su boca que por el tiroteo en el que está involucrado su hijo, Facundo Ale, se descubrió una banda de narcotraficantes. También confirmó que él fue quien hizo colocar una bandera en las tribunas del estadio de San Martín para denunciar a dos hombres que están vinculados al tráfico de estupefacientes en la provincia. Uno de ellos está detenido y el otro ("El petiso" David) terminó entregándose minutos después de que el Gobierno ofreciera una recompensa de $20 millones para quien aportara datos sobre su paradero. El ahora cañero que décadas atrás imponía temor en las calles y que fue condenado por maniobras por la comercialización de drogas, se puso el traje de denunciante. La verborragia, en el mundo narco, se paga con la vida. Por eso volvieron a activarse las alarmas.
El caso movilizó al mundo narco. Allí se maneja una teoría. En base a los dichos de Ángel Ale, la Policía salió a cazar a personas que nunca fueron acusadas por comercialización de droga. Los más de 70 allanamientos que se hicieron por esta causa se concretaron en lugares desconocidos por los investigadores. Los supuestos acusados de comercializar grandes cantidades de droga, terminaron siendo procesados por tener menos de 100 gramos de cocaína y cinco kilos de marihuana.
Los defensores de los acusados aseguran que la Policía les plantó la droga, es decir, que le pusieron los estupefacientes para que sean procesados. Por esa razón, los defensores de Casanova ya pidieron informes a diferentes empresas de servicios para probar que, por ejemplo, los efectivos cortaron la luz para que las cámaras que había en el interior de la vivienda no registraran imágenes del procedimiento.