Según se informó desde la fuerza federal, los gendarmes se desplegaron a la altura del kilómetro 1.358 de la ruta nacional 9, donde aguardaron el paso del vehículo sospechoso, un camión de envíos postales, para detener su marcha.
Con la colaboración de una perra rastreadora de narcóticos llamada “Ursa”, los uniformados revisaron el compartimento de carga del rodado, en el que el animal marcó la presencia de las substancias ilegales disimuladas como parte de las encomiendas regulares.
Con esta información, el Juzgado Federal 1 de Tucumán intervino para ordenar la apertura de los bultos señalados, en cuyo interior se confirmó la existencia un total de 30,927 kilos de cocaína.
La droga encontrada fue reemplazada de manera tal qie pudiera continuar hacia su destino con las demás encomiendas, bajo la modalidad de “entrega vigilada”, con el propósito de car con los encargados de recibir los narcóticos.