El impacto del proyecto no será solo técnico: se espera que reactive el empleo, movilice a la industria de la construcción e implique un salto de calidad en un servicio esencial para cientos de miles de tucumanos, que desde hace años sufren cortes, baja presión y problemas estructurales en el suministro.
Aunque aún queda por oficializar el cronograma completo de ejecución, desde el Ministerio de Economía de Tucumán sostienen que el proceso se encuentra en su fase final de preparación, bajo la modalidad de licitación internacional abreviada, lo que permitiría una adjudicación en los próximos meses. La expectativa ahora está puesta en que el proyecto no sufra nuevos retrasos y, finalmente, se concrete una solución largamente esperada.