Desde A.L.M.A., la Asociación Lucha contra el Mal de Alzheimer y Alteraciones semejantes de la República Argentina, destacaron que "acompañamos a los pacientes con leucemias, tanto crónicas como agudas, y aprovechamos los días mundiales como hitos para profundizar en el conocimiento de la comunidad sobre estos temas, para promover el diagnóstico a tiempo y, de esa manera, contribuir a que el tratamiento se inicie en forma oportuna también”.
El director de A.L.M.A., Fernando Piotrowski, quien también es paciente, detalló entre los signos y síntomas que pueden presentarse al momento del diagnóstico, los más frecuentes son la falta de aire, aparición de hematomas, fiebre, debilidad y propensión a infecciones.
Como son algo inespecíficos, dificultan su diagnóstico, lo que contribuye a que la enfermedad progrese y empeore el estado del paciente rápidamente. La Dra. Silvina Palmer, médica hematóloga, miembro de la comisión directiva de la Sociedad Argentina de Hematología (SAH) e integrante de la Unidad de Trasplante de Médula Ósea del Hospital Británico remarcó que "el diagnóstico en tiempo y el inicio del tratamiento específico son fundamentales para la evolución de los pacientes”,
Cuáles son los factores de riesgo para la LMA
Si bien la leucemia mieloide aguda no es una enfermedad hereditaria ni contagiosa, existen determinados factores de riesgo que pueden aumentar la probabilidad de desarrollarla. Entre ellos, se incluyen:
Edad avanzada (es más común a partir de los 65 años).
Sexo (es más frecuente en hombres).
Fumar.
Exposición a radiación de alta dosis o productos químicos, como solventes industriales.
Haber recibido quimioterapia o radioterapia para otros cánceres.
Haber tenido una enfermedad de la sangre, como un síndrome mielodisplásico.
Haber nacido con un trastorno genético.
Cuál es el tratamiento de la LMA
Quimioterapia intensiva: la administración de ciclos de inducción y consolidación de altas dosis de quimioterapia procura destruir las células cancerosas en la médula ósea.
Trasplante de médula ósea: para algunos pacientes con determinadas condiciones, el trasplante de médula ósea, realizado luego de la administración de los ciclos de quimioterapia intensiva, puede ser una opción curativa. Este procedimiento implica reemplazar la médula ósea enferma del paciente con células madre sanas de un donante compatible.
Terapias dirigidas: diseñadas para atacar específicamente mecanismos involucrados en el desarrollo y en la muerte de las células cancerosas, minimizando el daño a las células sanas. Se demostraron altas tasas de seguridad y eficacia, sin necesidad de internaciones y evitando el perfil de toxicidad de la quimioterapia.