Esa casa ya no existe. En las últimas horas, casi en simultáneo con los rastrillajes para dar con el chico desaparecido, la abuela materna de Benjamín, Mónica Gargiulo, decidió tirarla abajo con el aval de la Justicia
"Quería que ese lugar desaparezca, que sus nietos no tengan referencia del lugar donde fueron torturados”.
Actualmente, Benja tendría tres años y ocho meses, pero la última vez que sus abuelas lo vieron tenía dos y recién estaba empezando a caminar.