Según fuentes oficiales, a Ciro, Luciano y Lucas Pertossi, Máximo Thomsen, Matías Benicelli, Enzo Comelli, Ayrton Viollaz y Blas Cinalli el miedo que los atormenta hasta hoy es qué pasará con ellos después del 6 de febrero, cuando se dicte la sentencia. Es por eso que recibieron en los primeros meses de encierro en La Plata distintos libros, entre ellos, los ejemplares de la Biblia. Fue así que comenzaron a reflexionar con las distintas lecturas de la “Palabra de Dios”.
Tal como confirmaron fuentes cercanas al caso, durante las primeras semanas, las lecturas eran cada vez más intensas, aunque con el paso de los meses y la cercanía al juicio en su contra esto fue mermando. Por pedido de sus familias, los ocho acusados también eran visitados por un pastor cristiano que viajaba desde Zárate a Melchor Romero para acompañarlos.
“Sus únicos pasatiempos detrás de rejas fue jugar a las cartas, alguna lectura -entre ellas las del Nuevo Testamento-, una radio y sin acceso a la televisión”, afirmaron sobre el tema. Del mismo modo, revelaron que como ocurrió desde el primer día que llegaron al pabellón “todo lo hacían juntos”.